Debates
Cuando comenzó la campaña electoral, lo más llamativo era la cantidad de debates que se anunciaron. A primera vista, entre los organizados por los medios de comunicación y los que promovían las distintas asociaciones vecinales, contabilicé catorce, y cuando escribo estas líneas he asistido a seis.
Ha cambiado tanto el panorama que el calendario electoral queda marcado de forma notable por la celebración de estos debates.
La primera reflexión que puedo hacer sobre lo visto hasta ahora es que el candidato socialista no apareció en ninguno hasta el pasado día once, en que asiste al organizado por la Asociación de la Prensa de Lugo, ¿por qué?.
La segunda es que en los que asiste el señor Orozco o tiene previsto asistir, el formato del debate hace que sea imposible debatir, que sería lo esperado. Así que o se le cambia el nombre de debate por el de “entrevistas simultáneas”, o se cambia el formato.
Personalmente creo que todos los lucenses saldrían ganando si el modelo de debate fuese el de siempre: exposición de posturas, réplicas y contrarréplicas, lo que produce agilidad, contraste de propuestas y de gestión, etc. Claro que pienso que esto no debe interesar al candidato socialista porque tendría que dar muchas explicaciones y verse en más de un apuro.
Con el formato que estamos viendo, él expone, responde y cierra todos los turnos, con lo cual, salvo una alusión directa, nadie puede replicarle y, como queda dicho, tiene la última palabra.
Por tanto, y haciendo balance: existieron debates, a los que no se atrevió el señor Orozco a asistir, y existieron y quedan por celebrar entrevistas simultáneas o preguntas y respuestas a las que supongo que sí irá el candidato socialista. Estos últimos dejaron un pobre sabor de boca entre los asistentes, porque sencillamente se siguió el guión preestablecido, es decir, sin sorpresas.
A mi me gustaría debatir de verdad, hablar y contrastar temas de importancia para Lugo, balance de gestión y propuestas reales de futuro.
Pero tendremos que esperar. Otra vez será. El diálogo del que tanto se presume en el gobierno municipal es sólo de boquilla. Nada más.